El cambio en la tierra de la especulación

Un día normal en la ciudad de Nueva York, donde siempre está en continuo movimiento; la última vez que estuve por aquel rumbo fue en 11 de junio de 2002 a solo 30 días de que la ciudad se fuera al extremo y todo el mundo cambiara, entonces Nueva york mostraba visos de cambio, sin embargo no se veían los resultados con rapidez. Hoy a 8 años y meses de que cayeran las torres del centro mundial del comercio -en la que está basada la economía norteamericana- vemos una ciudad con un rostro diferente; los habitantes de la gran manzana son amables corteses y su forma tan a la moda y diversificada de vestir sigue por esas mismas líneas acercándose al lado conservador, ahora se dirigen en cualquier idioma, me sorprende como hay gente que habla el español cosa que no sucedía hace ocho años; miles de gente trabajan en aquellas torres de babel que profetizando al zigurat de la babilonia es la casa de esta gente; los precios exorbitantes de las rentas de los departamentos en la gran manzana nos dan un panorama de la especulación en la que viven, pero aun así nadie se quiere salir de ahí. Aun cuando la propaganda ideológica de Hollywood nos indica que el mundo se acaba cuando Nueva York se destruye o bien solo en esta ciudad es capaz de dar vida al único sobreviviente de la humanidad, - el mundo no se acaba en otra latitud, si no es en la gran manzana. Y regresando a mi realidad donde los problemas se suscitan a diario y donde cada uno de nosotros estamos esperando a que alguien resuelva dichos problemas, me entero de que solos tendremos que resolver los problemas que nos aquejan a diario, cada uno de nosotros y no debemos de esperar a que alguien o algo lo haga por uno o bien debemos de esperar que nuestros problemas lleguen al extremo para cambiar, como cambió Nueva York a partir del 11 de septiembre de 2002 y ¿Cual será ese extremo?...